La fuente de la vida: por qué el agua es tan valiosa
GRAF en el Día del Agua 2024
El agua es vida. Pero, ¿qué importancia tiene para nosotros, los humanos, este recurso en peligro de extinción? ¿Y cómo podemos protegerlo?
Nos rodea, fluye a través de nosotros y nos abastece: el agua. A pesar de su gran importancia para los seres humanos, casi nunca reconocemos conscientemente su presencia en la vida cotidiana. Fluye naturalmente sobre nuestro cuerpo cuando nos duchamos por la mañana, se acumula en los charcos cuando llueve, se filtra en la tierra cuando regamos nuestras flores y corre por nuestra garganta cuando bebemos. Por algo el agua se llama fuente de vida. Al fin y al cabo, la vida humana se originó en el agua y hoy en día sólo es posible gracias a ella. En resumen: el agua es vida.
El agua para el ser humano
Pero aún es más: constituye la base de toda la vida en nuestro planeta. Cubre alrededor del 70% de la superficie terrestre y constituye aproximadamente el 60% del cuerpo humano. Además, el agua cumple muchas funciones vitales en el organismo. Transporta nutrientes y oxígeno a las células y órganos, asegura la descomposición de los alimentos durante la digestión, permite la eliminación de desechos y regula la temperatura corporal, especialmente cuando hace calor o hacemos ejercicio. El agua también actúa como cojín protector y lubricante de articulaciones y órganos. Contrarresta los problemas de concentración y el cansancio, siempre que bebamos lo suficiente. Según la Sociedad Alemana de Nutrición (DGE), se trata de aproximadamente un litro y medio al día para un adulto. También la necesitamos para los demás alimentos. Sin agua, no crecen ni frutas ni verduras, no hay leche, ni carne ni pescado.
El agua, ¿una fuente inagotable?
A pesar de su papel crucial para la vida en la Tierra, el agua es un recurso limitado. Sólo alrededor del 2,5% del suministro mundial de agua es agua dulce. Sin embargo, una gran proporción de ésta sólo existe en forma ligada en suelos permafrost, hielo y nieve. Esta pequeña cantidad de agua dulce se ve amenazada por diversos factores. Uno de ellos es la contaminación con aguas residuales, productos químicos y fertilizantes procedentes de la industria, la agricultura y los hogares.
Además, la sobreexplotación es un grave problema en muchas partes del mundo. Cada vez más personas consumen mayores cantidades de agua. Sólo en Alemania, cada persona utiliza una media de 128 litros de agua al día, el equivalente a una bañera llena. A su vez, la creciente demanda de agua significa que los niveles de las aguas subterráneas se están hundiendo y las masas de agua se están secando. El cambio climático agrava la situación con fenómenos meteorológicos cada vez más extremos, como sequías e inundaciones, que afectan a la disponibilidad y calidad del agua.
Cómo proteger el agua
Ante estos retos, no hay forma de evitar la protección responsable de los recursos hídricos. Esto empieza con pequeños cambios en la vida cotidiana, como ducharse en lugar de bañarse o cerrar el grifo al lavarse las manos. Pero igual de importante es no contaminar el agua. No tires restos de comida o medicamentos en el retrete o utiliza compost en lugar de abono. También es importante utilizar el agua es utilizar el agua de lluvia con más frecuencia y de formas más diversas. Los depósitos de agua de lluvia o los depósitos pueden utilizarse no sólo para regar el jardín de casa, sino también para hacer funcionar el inodoro o la lavadora. Las soluciones inteligentes de retención también pueden evitar que ocurra lo peor incluso durante episodios de lluvias torrenciales. Así, el agua recogida se devuelve al ciclo de forma controlada.
Lo más importante, sin embargo, es concienciar sobre el inestimable valor del agua y no darla por sentada cuando se utiliza en la vida cotidiana.